Jardín residencial de 400m2 dividido en dos espacios principales, donde el reto más grande fue adaptarse a las necesidades y gustos del cliente, logrando un gran resultado con la variedad de colores en la vegetación perimetral de tipo silvestre con especies como lavanda, salvia, penniseto, vitex, pampa grass y especies atractores de polinizadores y aves, además de un área ajardinada para el uso y recreación de los inquilinos. También se integró una zona de cactáceas y especies de bajo mantenimiento, como suculentas, magueyes, pastos y piedras decorativas que descansan sobre una superficie de marmolinas blancas que realzan el paisaje y relajan los recorridos dentro de la casa. La propuesta integral de paisaje incluyó un sistema de riego con aspersores que mantiene el jardín y áreas verdes húmedas todo el año.